domingo, 27 de octubre de 2013

# (Sin tí)tulo.

Malditos Domingos que sólo traen consigo
la desolación de unos ojos perdidos...
Malditos Domingos que sólo saben
hacernos gritar y rompernos lo cosido...
Malditos Domingos que incitan suicidio...

Suicidio inaudito, silencioso, y esclarecedor,
¿quién no ha llorado nunca mirando el reloj?
Maldito suicidio recurrente e inequívoco,
que sólo sabe hacer crecer flores de color negro,
donde antes fecundaba amapolas el Sol...

Amor, amor, amor...
Cuántos encabezan su vida con tu nombre,
y qué pocos saben que eres casi inalcanzable
para cualquier hombre, para cualquier Dios,
ni si quiera para la muerte, ni si quiera para un adiós.

Es increíble la capacidad auto-destructiva del ser humano,
y esa manía atemporal para hacer daño,
¿quién no ha gritado a lo que ha visto en el espejo?
¿quién no ha deseado nunca que se acabase el año?
Malditos niños que nos sonríen sin pensarlo...

Malditos otoños con complejo de verano,
malditos inviernos y su costumbre de enamorarnos,
conforme pasa la primavera, más nos dedicamos a olvidar,
y después de ti he vivido cuatro días, y cien mil noches,
dime, ¿es amor, es odio, es pena, es libertad, qué es?

Dime, qué es, que no puedo más,
hoy es un Domingo autodestructivo y suicida,
es otoño y es verano, es lágrima y sangre,
son las ganas de verte, y la necesidad de borrarte...
Es una cama llena de frío, y unos labios incomprendidos.

Dime, qué es esto que no se va, que no se muere, ¿salud?,
¿enfermedad?, ¿será que escribí tu nombre en hojas de árbol perenne?
Estoy frente al espejo de las letras, y no me gusta, no lo entiendo,
conforme más escribo menos me veo, conforme más escribo,
menos te vas, y yo que creía, que así, te iba a olvidar...

Maldita poesía que no me deja huir,
que no me abandona,
que no me olvida,
que no me termina,
maldita tú, por aparecer aquél día...