viernes, 23 de agosto de 2013

# Sangrando.

Las promesas no existen, tampoco lo eterno, hace tiempo que ya no nos entendemos... He perdido la esperanza en tu recuerdo, el cielo sin ti, chica, no lo quiero.
Tuve las mejores vistas de tu cama, quizás fuese una mierda, pero era nuestra. Me hice polvo para que me consumieras, mentías tan bonito, locura interna...
Por los planes que nunca cumplimos, contigo el vacío era hasta bonito.
Por las veces que casi levito, por el sueño de amanecer contigo...
Las veces que quise volví sangrando, y aquí me tienes chica, roto y destrozado, porque a veces se rompen los lazos, pero me rompí yo, dime ¿qué nos ha pasado?
Nunca me sentí tan grande con tan poco, el vacío me llenaba y eso era de locos...
Como droga, por verme en tus ojos.
Dí que él no me iguala, queda entre nosotros...
Lloré la primera lágrima, el resto por la inercia de todas tus putadas, te faltaban títulos para entenderme... Dime que estoy loco, que nos encierren...
Haz de mis errores, chica, tu rutina, yo deshago tu rutina y se van mis errores...
Aunque busques sabes que no hay mejores, mis dedos por tu espalda... Con temblores...
Prometimos Venecia y míranos, Venecia en mis ojos y en mi habitación.
Hace tiempo que me fui de la estación, ya sabes, donde siempre, por si encuentras solución...


sábado, 17 de agosto de 2013

# Resaca emocional.

Voy totalmente sobrio y no me importa, porque creo que sería peor si después, cuando el bar me echase por beber demasiado, tú no estuvieras al lado, y yo, consecuentemente, no pudiera mirar cómo te brilla la chispa de los ojos, que me achispa a mi.
Sería horrible porque no podría acariciar tu brazo e intentar agarrarte la mano, aunque sé que saldrías corriendo como una niña pequeña, dando vueltas sobre un banco en medio de una plaza vacía, mientras volvemos a casa.
Y eso es  malo, malo porque sé que no me aguantaría las ganas de susurrarte al oído las ganas que tengo de ponerte contra la pared, y hacer un tour por cada zona de tu cuerpo.

Estoy bien así, sin una gota de alcohol por las venas, porque te quiero el doble de lo que tú me echas de menos, y eso más que un "may day", es un "tenemos un problema".

Pero no me importa, esta noche no, porque no voy borracho, pero voy pensando en ti, y es casi lo mismo a larga: No matas, pero enganchas; no me eres necesaria, pero me gustas siempre; te reniego, pero si me dices venga, yo digo vale, al fin y al cabo... Mírame, no soy más que tu un tipo sobrio con resaca emocional.


jueves, 15 de agosto de 2013

# Recuento de víveres.

¿En qué parte del camino tus pasos empezaros a distanciarse de la estela de mis besos?
Quizás nunca viniste a mis brazos, y fue mi soledad enajenada la que te supo mío, mientras eras de otra piel.
Siempre me preguntaba dónde podían estar posadas tus manos de hierro, cuando me tornaba cristal vendimiando estrellas en madrugadas frías.
En otro cuerpo, seguramente, en otro cuerpo...
Tus mentiras y ausencias me herían, pero me mantenían con vida... Fue algo raro, aunque siempre supimos que acabaría.

Quizás ahí fue cuando aprendí a saborear la nostalgia teniéndote conmigo, porque es evidente que no hay distancia más larga que la de unos ojos que no te miran, y entiende que me  cueste volver a creer en mi misma: No me gustan las prisas, y... No sé,  con las personas es difícil.

En resumen, soy simple, y no puedo ofrecerte más que un par de siglos mal contados, un amor incondicional y una aleatoria rutina mezclada con un arrojo suicida, además de mi inevitable manía de pensar que lo mejor siempre esté por llegar aunque el cielo esté negro, o aunque se vea la pared al final de callejón, porque bueno... Al fin y al cabo, como ya sabrás, rimo palabras, y eso es todo.




# L'amour a le pouvoir de détruire.

+ Pero, si él sigue enamorado de ella, ¿no debería intentar evitar que se olvide de él y se vaya con el otro?

-  ¡No!, ¡por supuesto que no! Ella sólo le hacía daño, hasta que un día por fin le mandó a la mierda.

+ Pero entonces... ¿Por qué duraron tanto?

- Porque fue su primer amor, porque le hacía sentir lleno de vida, y todas esas chorradas... ¿Pero cuántas balas estás dispuesto a llevarte por alguien, cuántas cosas malas te tienen que pasar para darte cuenta de que no merece la pena sufrir por ese alguien?


# Huida.

Es la búsqueda perpetua,es la espera interminable, es el dolor agónico y la esperanza siempre muerta, es el intermitente aleteo de las mariposas gástricas, es su intento de huida, y es el caótico remolino que esta misma crea, es el nocturno sol de nuestras vidas y la calurosa noche en el lecho mortuorio, es la flor que por belleza muere y la hiedra que por su ponzoña sigue creciendo, es la oscura luz del amanecer y la brillante sombra del crepúsculo. 
Es todo lo bello y contradictorio, la muerte y la vida creando nuevos espacios, y nuevos universos.


No es tu boca sobre la mía, no son los labios y la lengua, los besos no son un parpadeo, son los trocitos de nosotros mismos que se quieren ahogar, son los que se quieren morir en otros labios, para  poder jurar que, al menos, por un beso, fuimos libres.




miércoles, 14 de agosto de 2013

# Nobody breaks my heart.

Creo que a veces la inutilidad del tiempo es tan relativa como el sentido de lo que estoy escribiendo, no sé, que no me pida nadie que entienda lo que digo, y mucho menos lo que hago.
Ni creo, ni pienso, ni posibles... Estoy harta de siempre lo mismo.

Hoy no quiero escribir mucho. No, porque escribir mucho sin motivos no termina bien, nada bien...
O puede que sí, que termine con una declaración de amor, o de intenciones, o una bandera blanca ondeando tu cabeza, yo qué sé, los dedos van solos y en realidad estoy escribiendo lo primero que se me pasa por la cabeza...

Joder, los besos con sabor a tabaco me gustaban tanto... Y lo dice quien se auto-destruye cada día un poquito más.
Eran tan bonitas las noches en las que con mirarme en tus ojos ya era tan feliz como una niña pequeña... Y suena a típico tópico, pero es cierto. En realidad, creo que nunca ha sido complicado hacerme feliz, en realidad... Es patéticamente sencillo hacerme feliz.
No pido milagros, nunca he visto uno. No creo en ellos.

Ni si quiera creo en mi de vez en cuándo, ¿qué me vais a exigir?

Creo que voy a dejar de escribir. Por hoy. Por esta noche sin estrellas que se ve desde mi ventana, porque esto no me es suficientemente bueno, porque puedo fingir sentirme bien, pero por dentro todo es guerras, todo es ruinas, todo tundra o desierto o yo qué coño sé... Ojalá todo fuera tan fácil como debajo del agua.

Pero como siempre, he vuelto a los ojalá, a los creo, a los no sé, a lo mismo de siempre, escribir hacia un vosotros que ni si quiera sé si me lee, mientras lo único que hago es plantearme preguntas de esas que nadie se hace, o que se hace todo el mundo, pero ¿y qué?, nadie va a venir a salvarme.

Nadie va a venir a romperme los espejos, ni a decirme debajo de las mantas y después de haber echado un polvo que soy guapa. No va a venir nadie a escuchar todas mis carencias, nadie va a soportar más de cinco minutos de mi, porque es lo que suele pasar, es lo que siempre me pasa: Que creo que soy tan patéticamente sencilla, y tan tristemente fácil de hacer feliz, que voy tan de dura y de independiente, que tengo la coraza tan putamente bien colocada y resistente, que cuando dejo que algo de dentro salga fuera, incluso me duele, y cuando veo que a los de fuera no les importa, se me aprieta un poco más al pecho.

Quiero romper con el mundo, pero no puedo, otra vez no, y no veas como jode sentirse encerrada dentro de un lugar al que sientes que no perteneces, con el que no tienes nada en común, pero ni imaginas cómo pesa eso de estar encerrado en uno mismo, y salir a la calle con la sonrisa bien alta y la autoestima falsa encendida.

Desayunar sola, comer sola, cenar sola. Y así con todo, pero no importa, en realidad todo lo que hago lo hago sola, y ha llegado un punto en el que me gusta, y en el que no sabría hacerlo con nadie más.

Y a lo mejor eso es un problema. Y no sé por qué digo a lo mejor, si en realidad es a lo peor.
Y bueno, ya nada importa realmente, han pasado muchas primaveras ya como para poder seguir quejándome por ello.
Nadie va a venir, y creo que lo tengo asimilado, porque estando solo todo el tiempo, uno aprende de si mismo, y yo he llegado a la conclusión de que nunca me va a llenar nada, siempre voy a tener un pequeño vacío ahí dentro, estaré contenta pero no seré feliz, me harán compañía, pero no me quitarán la soledad.
Por eso ya nadie rompe mi corazón, sólo me hacen daño, pero nadie lo rompe.
Nadie, excepto yo.

En fin, aquí está lloviendo por no llorar, y joder, yo hoy iba a escribir poco, ¿no? Así que creo que ya está, que ya he lanzado demasiadas estrellas fugaces de mi misma hoy, y las lágrimas de San Lorenzo fueron ayer...


martes, 13 de agosto de 2013

# Salvemos la poesía, volvamos a nosotros mismos.

La poesía es tan como la vida, y la vida tan como la poesía, que qué bonito, qué triste, y qué miedo. Todo a la vez. Porque, ¿y si nos perdemos en la mitad de un verso, o de un beso?, ¿y si se me agota la tinta, y lo que corre por mis venas se seca y se vuelve cenizas antes de llegar a todos los cielos que quiero tocar?

La vida es tan corta y los sonetos tan parecidos, y tan mono temáticos, que a veces quiero renunciar a la poesía, pero, claramente, no se puede renunciar a uno mismo; sería un suicidio mantenerse en pie sin carreteras al olvido, o laberintos de espejos dónde poder romper los espejos, no sé si me entendéis, quiero decir que sería un suicidio vivir sin escribir, porque si leer es devorar tu vida y la de otros, escribir es... Liberarse de uno mismo, dejar huella, y las huellas siempre podrán ser brújulas, y qué bonito ayudar a los demás con pedacitos de nosotros mismos, ¿no?

En fin, que creo que nadie me entiende, porque cuando giro la cabeza, o desvío la mirada, o levanto el cuello y rodeo mi nuca con las palmas de las manos, no busco huir, busco que me salven, o unas huellas que me guíen, pero nada, siempre la misma calle, el mismo suelo, y el mismo techo, tan vacíos e impersonales como llenos de pisadas a las que no le veo utilidad o parecido con las que yo necesito o busco.

Que no he venido aquí para que nadie me entienda en realidad, pero que recuerdo uno de mis primeros poemas, cuando tenía unos incipientes catorce años, cuando suplicaba que ojalá la gente necesitase tanto a la poesía como yo, que la necesitara de verdad, leerla y escribirla, y me pongo a pensar en si esa fue mi primera declaración de soledad, y mi primera bengala pidiendo ayuda en mitad de un mundo que se está desaprovechando y drogando a base de emociones vacías y falsos amores mensuales.


Por eso, creo que esto es una carta a todos los poetas, una reivindicación para salvar el mundo que no llegará a ninguna parte, pero, ¿por qué no? Levantad los bolis, encender los ordenadores, ¡una sola frase ya puede ser poesía!

Seamos espejos colocados estratégicamente cada invierno en el que nos falten provisiones, y salvemos la vía de escape universal, ¡que no importa que nos miren mal!, ¡que no importa que nos tachen, nos fichen, nos clasifiquen!, ¡que no importe nada excepto la palabra!, ¡que seamos salida para otros, salvándonos a nosotros mismos de nuestros parches y vacíos, de nuestras abrumadoras soledades y sonrisas!, ¡joder, salvemos el mundo, no sucumbamos todos a las comodidades auto destructivas, y a los suicidios lentos y premeditados que se esconden en las costumbres!, ¡salvemos la poesía y la vida!

Volvamos a ser los locos enamorados, los cursis empedernidos, los que se arreglaban y llegaban temprano a recoger a la chica, las que se ponían tacones y vestidos bonitos, llegaban a casa y escribían, volvamos a cuando lo más romántico era escribirle una canción a tu chica y tirarle piedrecitas a la ventana, joder, volvamos a ser reales, seamos lo que somos, polvos, pero polvos enamorados... ¿O no era así?




domingo, 11 de agosto de 2013

# No busco que lo entiendas.

"Y no es que no me pase nada bueno, o que no consiga ver el vaso medio lleno, sino que no sé convivir con lo que me queda sin ti"



# Love burns.

Supongo que soy una cerilla, y es que no sé si me he consumido ya o si sigo en la caja, esperando a que alguien decida prenderme y hacer que me consuma en llamas.
Solo sé que estoy esperando a que llegue alguien, y me salve de la oscuridad.
Y supongo que mi esperanza no es nada más lejano que pensar que la oscuridad que me rodea, es la de la caja, que nadie se ha dignado a abrir aún.

Y no sé si me entendéis, pero creo que soy la única cerilla que quiere prenderse, que con cerillas me refiero a personas, con prenderse, ni yo misma sé a qué, y con caja, a ciudad.

Y bueno, quizás sea nostalgia, tiempo, quién sabe, todos esos handicaps humanos y no-tangibles que siempre se recuerdan cuando se ven pasados... Y a lo peor por eso no lo noto ahora, o no me acuerdo, o no estoy tan segura como de costumbre, pero sé que ese alguien, quien tiene que abrir la caja, y prenderme, es él. Y ha sido él desde que me prestó su mechero, y no huyó cuando yo le hablé de mi adicción al fuego y al amor.




jueves, 8 de agosto de 2013

# Ahora sí.

Yo aquí vine a escribir sobre cosas bonitas, sobre cosas felices, lo intenté como nunca y acabé como siempre, pero en el fondo, creo que es porque dentro de la tristeza, conocí una enorme felicidad, aunque, he de aceptar, ahora sí, tras tantos años, ahora sí, que era mentira.
Era todo una autoconvicción que me negaba a revelarme.
Ni tú me quisiste tanto, ni yo te echo ya tanto de menos.

Ahora soy feliz. Soy feliz con lo que tengo, y de una vez por todas, ahora sí, sé que tengo de lo bueno, lo mejor. Que a quienes tengo, me quieren, me protegen, me cuidan, ahora sí, estoy segura, de que son ellos.

No quiero más pretéritos imperfectos, ni más condicionales simples, tampoco quiero un futuro perfecto hablando de tristezas, no quiero tiempos distintos al presente, porque es lo mejor que tengo, y porque tengo a los mejores.

Vivía con miedo a olvidar el pasado por si me olvidaba de mi misma, por si no volvía a sentir tantas cosas con tal magnitud, pero el tiempo me ha dado de repente una bofetada, y me ha gritado mirándome a los ojos, me ha dicho cuatro verdades al oído, y claro, me he dado cuenta de que es una estupidez estar atada a un pasado que sólo hace daño, que para qué, si ya no va a volver, y tampoco lo echo tanto de menos como para querer volver ahí.

Y, ahora, después de haber dormido con soledad tantas veces en mi cama, pero dentro del pecho, me he dado cuenta de que verdaderamente, tengo miedo a perder mi presente, porque, ahora sí, es mi vida, y sólo mía, y la vivo yo, y sólo yo, y ahora sí, con quien realmente me quiere, y con quien, ahora sí, realmente quiero para siempre, porque, al fin y al cabo... Nadie me ha hecho tan feliz como ellos antes.



-No de verdad-