Soy yo. Pero no sólo soy yo. También soy tú, y él, y aquella.
Soy.
Escribo porque no he encontrado ninguna forma mejor de morirme de pie, porque un día alguien llamó arte a la herida, y de entre todas las cosas que soy, resulta que no soy nadie para negaros mi dolor si para vosotros suenan a canción.
Soy.
Soy yo, con todos los defectos que no me dejan cantar, con todas las virtudes que no me quiero terminar de creer.
Escribo gracias a la vida, aunque a veces se comporte como
Estoy aquí y doy gracias por todos los que me abrazáis desde lejos, con los ojos; al leerme.
Gracias por ser, por estar, y por quedaros.