domingo, 20 de octubre de 2013

# Abrigo kamikaze.

¿Cuántos veces se inmolaron pechos sólo por un amago de besos?
Y es que enamorarse es como inventarse de nuevo, convertirse en guerrero, ser kamikaze voluntario.
Y qué se yo, el que defiende un amor, es como un soldado yendo a la guerra, ya que el egoísmo humano no conoce limites ni si quiera para consigo, ¿o no se han inmolado miles por deseos propios de amor?
Quiero decir... Que quizás sea una capacidad natural eso de rompernos, y no una costumbre adquirida por eso de que siempre nos recordaban lo de no tocar nada para no romperlo, pero nunca nos enseñaron a no rompernos nosotros mismos, y quién sabe, el invierno siempre vuelve y no sé cómo lo hago, pero siempre me pilla sin el abrigo.

Independientemente de todos los cielos que hay ocultos en las bocas, de los infiernos entre las piernas, y de los laberintos de los pechos, ¿dónde están los brazos abrigo? Porque abrazar es una cosa, y abrigar otro universo.
Y no sé si me entendéis, pero estoy cansada de besos, de sexo, y de pechos que palppitan, que dicen, que sienten, que existen... Quiero ahora unos brazos. Unos brazos abrigo, unas manos que no toquen, que no acaricien, unas manos que no recorran sino que aprendan, pero...
Ya no quiero ropa por el suelo para estar desnuda, quiero desnudez vestida, desnudez extrema, desnudez sin coraza, sin zanjas, sin dobles calles sin sentido e infinitas.

Quiero a un suicida decidido a no morir con la ropa puesta, alguien con complejo de buzo para sumergirse en mis lagunas mentales, y no sólo en mi. Quiero un kamikaze voluntario y no un destinado por el arrastre de un deseo, de un impulso, o de una fuerza, a la que le ha asignado un nombre y un comienzo. No, ya no.

Ahora quiero un kamikaze suicida voluntario.
Quiero desnudez emocional y no física.
Quiero un abrigo y no abrazos.
Quiero un submarinista y no sexo.

Quiero que se entienda que cuando me voy, no quiero irme, quiero que me encuentren, y quizás, esto sea lo más suicida que conoceré nunca.

Pero y qué le voy a hacer, si no sé hacerlo peor...