domingo, 27 de octubre de 2013

# No glory.

Las luces de mi calle no han vuelto a sonreír desde que no nos vemos,
pero al menos respiro mejor desde que nos odiamos.

He vuelto a recorrer nuestro lugar de la mano 
-del rencor que guardo desde aquel "adiós", claro-
Volví a tomarme la música como un regalo, 
a escupir al pasado, a masturbarme sola y a pedir comida china para dos.

Estas ojeras son de soñar poco y de no hacer el amor,
de escribir a deshoras otro poema en mi habitación.
Soy la chica que se sienta al final del autobús,
la que escribe fechas y nombres en el cristal, dime,
¿quién eres ahora tú?

No he cambiado tanto desde que nos despedimos...
Recuerdo cada paso en el camino,
los dos cientos cuarenta y seis pies hasta tu casa, y todo el recorrido. 
El cariño que pusimos, las hostias que nos dimos... 

Guardo este silencio entre comillas y mil frases en reserva,
soy experta en vivir del pasado y desenterrar miserias.
Jamás entendieron que fuera feliz con tan poco,
pero igual es que para mí no era poco. 

Tampoco es que te odie, tienes derecho a vivir tu vida,
pero no voy a encontrarme en los ojos de otra tía,
espero que estés aprobando, que estudies la carrera que te guste,
que no seas infeliz como la mayoría.

Aprendí de memoria nuestros días,
me acostumbré a tus malas caras, tía.
Me acostumbré a tus cambios de humor, pero te fuiste y ya no eres mía.
-Por lo menos conservo el am/renc-or y las fotografías-

Ninguna otra hija de puta te va a querer como yo te quería.
Claro que entiendo que me odies, yo también me odiaría. 
Si vieras en qué me he convertido me escupirías...
Tranquila, yo también me odiaría...

Soñamos con viajar por toda Europa, con quitarnos la ropa 

en un hotel, nunca nos prometimos París. Supongo que nos perdió la boca...
Recuerdo tu respiración quemándome en la nuca...
Me calaste dentro, hija de puta.

Recuerda que hubo alguien que siempre te quiso tal y como eras.
Que se dejó la vida escribiéndote caricias...
Que te acompañaba hasta casa o a donde quisieras.
Que no podía dormir sin que durmieras...

Tuve la suerte de conocerte,
de despertarte a besos y aprender de memoria tus ojos.
Avisa si quieres volver a verme, yo sigo donde siempre.
Nada ha cambiado desde que te fuiste.
Ojala que te propongas todo y lo consigas.

Yo ahora suelo salir a calle y vigilar cada avenida,

por si te veo aparecer y se me viene el mundo encima.
Espero que te vaya de puta madre en tu vida...