miércoles, 20 de febrero de 2013

# Lo más lejos, a tu lado.

París está demasiado usado para el amor, Roma dicen que demasiado rota, Venecia al borde del desborde, y en el resto del mundo seguro que hace frío.
Pero no importa, porque tú serás mi mapa.

Tu pelo sin duda será mi laberinto preferido, en el epicentro de tus pupilas encontraré el sol, y también a Venecia, serán las brújulas hacia tus infinitos, de tus labios brotarán palabras que terminarán por germinar, y hacer crecer bosques y selvas, desiertos esporádicamente, y muchas, muchas nubes en el cielo de la comisura de tu boca.
Tus mejillas serán dunas de deseo, tu cuello cascada de mis besos. Tus codos y tus rodillas serán mis Himalayas y Montes Fuji particulares, paraísos privados.
Tus dedos serán bambú, y tus escurridizas uñas precipicios.
Tu pecho será París, y tu barriga Roma.
Anidaré sobre tus muslos, o entre ellos, todos los segundos que me sobren, y cuando no me sobren también, a quién quiero engañar...
Y bajo las plantas de tus pies me esconderé cuando la vida avance demasiado deprisa, como suelen avanzar las cosas carentes de sentido.

Tu anatomía será para mi, además de religión, templo, y mito, paisaje y universo.

Mis viajes por tu cuerpo serán como intentar hallar las llaves de cada ciudad de tu cuerpo, en el dominio del secreto, y no habrá bestia, ni monstruo, ni fantasma que me venza, mientras tú seas mi dirección, y el ángulo principal de mis caricias.

Y es que la realidad de los cuerpos inocentes ha sido violada, manipulada, ofendida por las personas y las promesas, por el tiempo... Pero tú... Tú eres obra de arte y excepción.

Los cuerpos ahora son moteles de paso, y destinatarios de tinta, qué tonto y qué insolente me resulta... Pero tú.

¿Nadie entiende que no hay motel, ni noche transcurrida en ellos que sea comparable a la sensación del hogar, y de dormir en él?; qué tontería y qué osadía usar tinta, cuando la saliva dura más, ¿no?

Por eso tú eres mi hogar, tú mi lienzo.
Tú mi país.