sábado, 1 de febrero de 2014

# Tu verdadero nombre.

Voy a llevarte al burdel de la locura y voy a estamparte en la pared junto a todas tus mentiras, vas a saber apreciar lo que es el dolor de sentirse vacío, pero de verdad, y entonces, me suplicarás que te rescate, entonces, sentirás la misma vorágine en el pecho que sentí yo cuando vi cómo todo mi mundo se rompía y recaía sobre él el enorme velo de oscuridad de noche infinita que me lanzaste, para recrearte en tu falsa victoria, siendo la emperatriz maldita, dueña de un pueblo ciego que te acogió por mi súplica, y que me robaste como buena hipnotista. Como buena actriz. Como maldita egoísta, falsa mártir.
Vas a retorcerte de dolor cuando te explote en la cara el mío, el que me causaste, el que me causas, y el que siempre llevaré conmigo desde que decidiste que te estorbaba para ser la dueña de todo aquello que en su momento a mi me amaba. Me dejaste sola, e hiciste que todo el mundo viera en mi, la ponzoña de tu identidad real, me jodiste, me jodiste la vida, me jodiste el amor, me jodiste mi forma de ver el mundo.
Me lo arrebataste.
Me lo arrebataste todo.
¿Y ahora tienes incluso las agallas de preguntarme tú a mi que por qué?
¿Las agallas, las malditas agallas de culparme de tus trastornos?
Tu enfermedad eres tú.
Y algún día cuando no te quede más remedio que consumirte, aunque sólo sea por dentro, ya que tu orgullo y tu mente rota no te permitirán arrepentirte y decir la verdad, sabiendo que eres una persona discapacitada emocional, y un vampiro anímico, ese día, justamente ese, aunque ya ni conozcamos la existencia de la otra, aunque ya no sepamos qué fue de cada una, ese día, será el más importante de mi vida, habré llegado a la meta que me marqué, realizaré mi sueño, seré feliz, y habré conseguido a las personas que verdaderamente tenían reservado su lugar en mi destino, mientras tú, caduca bondad que sólo surge para complacer y ganar al juego humano de la mentira y la actuación, estarás hundida en la más profunda fosa de desprecio y repugnancia hacia ti misma, porque te lo mereces.
Es lo único que te mereces.

Tranquila, ni necesito ni quiero tu perdón, puedes quedártelo, como todo tu veneno y tu rencor, y tus obsesiones insanas. Tu vacío y tu precipicio son todos tuyos, deja de intentar lanzarme por ellos y acepta de una vez que no fuiste tú quien más quiso.
Fui yo y lo aprovechaste.
Ese fue mi error.
Tranquila, no necesito que me odies, nadie me odia más que yo misma.
Ojalá algún día reconozcas que tu alma infecta es una asesina.
Una sociópata. Mentirosa compulsiva.
Obsesión. Espejo. Proyección.
Enfermedad... Ese es tu verdadero nombre.

Y esta es mi carta para ti,
hija de puta.

PD: Espero que entiendas, que te escribo desde el odio,
ese que nunca supe sentir, y que tú, y sólo tú, has liberado.
No llores, no te mientas, no te quejes...
¿Qué clase de monstruo soy?
El que tú has creado.

"Escarba en los recuerdos y deja de buscar en la vida real"

[Que nadie se de por aludido,
os odio a todos por igual]