miércoles, 10 de julio de 2013

# Ya está, sólo eso.

Te echo de menos.
Ya está.
Fín.
¿Para qué escribirte más, si lo único que quiero decirte es eso?

Que creo que desde que me pediste que te besara por primera vez, pasó lo que tenía que pasar, pasó lo que pasa cuando no sabes cómo hacerlo, pero quieres, vamos, que me quedé imantada a ti, y que el corazón se me paró; a lo mejor me morí en ese momento y aún no lo sé, pero ¿qué importa? Tú me dijiste "bésame"...
Y es que desde la primera vez que te ví, yo ya había estado besándote cada día un poquito, y pensando que quería algo contigo. Lo que fuera. Cualquier cosa. Cualquiera. Pero contigo.

Y en menos de dos segundos, ahí estábamos, besándonos, y yo pensando que no quería que te fueras nunca.
Ojalá siempre lo tengas en mente.
Ojalá siempre recuerdes que nunca, bajo ningún concepto, querré que te vayas.

Y es que, ¿para qué decirte nada más, si yo sólo quiero decirte eso?
Que te echo de menos...