sábado, 9 de abril de 2016

# Incendium ignis.

Vamos a suponer que te echo de menos. Que la caja donde está el gato se mueve pero que no sabemos si está vivo o muerto. Vamos a suponer que se cae el cielo y nos pilla mirándolo y no pasa nada. Absolutamente nada. 

Nada.

Y todo. Que lo arriesgo todo y tiro por la borda dos años y un libro y quemo una ciudad entera para revolcarme entre las cenizas.

Vamos a suponer, por ejemplo, que me vuelvo loca y resisto a la tentación de decirte que te quiero odio, que mastico las flores y te regalo las espinas, que un rayo no cesa y nos atraviesa por la mitad mietras Hernández se rie de nosotros desde ahí arriba.

Vamos a suponer, si podemos, que todo sale mal, y que por eso mismo todo sale bien, 
y viceversa. 

-De error a error y te beso porque no me dejas.-

De pregunta en pregunta y mientras tanto yo en medio, partiéndome los huesos, fagocitando un nuevo monstruo, volviéndome ciega.
Yo, que sólo buscaba que me temblaran las piernas, que me llevaran al baile, que confiaran en mi a partir de las seis... Cervezas...

Y me he encontrado buscando un tunel al final de la puta luz.

El hombre no descubrió el fuego hasta que tú naciste,
y si tú eres el fuego, 
yo quiero jugar hasta quemarme.

Derretirme en tu infierno y que se salve quien quiera.