sábado, 27 de febrero de 2016

# Los victoriosos.

No estoy bien del todo, pero disimulo como lo hacen los campeones. 
Como puedo.

He tenido conversaciones atroces conmigo misma, peleas a muerte con el pasado, y aunque he sobrevivido, el que ganó ha sido él porque de noche no se vuela, sólo se arrastra la locura.

El pasado y sus estragos... Peor que el fuego y el naufragio.

Yo me enamoro siempre de las espinas porque sé que los monstruos están hechos de flores, y no me importa sangrar como un cadáver degollado mientras espero una señal, una luz, un destello... Quizás porque me empeño en ver donde no hay, quizás porque siempre me traiciona el corazón...

Debería sonreír y ser una mujer con más libertad en el alma, una niña que sonríe porque ha crecido sin matar su infancia, un pájaro. Quizás nací para ser pájaro, por eso debería volar alto y no a ras de suelo, pero es que siempre he tenido la estúpida manía de arrancarme las alas para no perder de vista los ojos que no me miraban.

Una herida por dentro se cura con tiempo, ¿pero cómo me curo yo, si una vez me enamoré y se quedaron mi reloj?, ¿cómo me perdono por no terminar de perdonarme, si una vez me dijeron 'todo está bien', pero dejaron de hablarme? 

¿Qué hago?, ¿qué hago si el monstruo de debajo de la cama es mi voz y mi memoria?

Debería minimizar todos estos destellos de dolor, los días con poca música pero mucho frío, pero es que a veces para superar una herida, hay que aceptar la cicatriz, mirarla con mimo, besarla, entender que no existe porque ella eres tú misma, y yo aún sigo pensando mucho más de lo que digo, sintiendo mucho más de lo que hago, siendo mucho menos de quien soy. 

Porque no sé hacerlo, porque no puedo ir más rápido... Aunque quiera. Aunque lo necesite.

Y quizás aceptar que aún te queda camino por recorrer hacia delante hasta volver al principio, sea curarse. 

Un paso más. 
Un salto. 
Una elección correcta cuando encuentras una bifurcación en el camino y ambas te dan miedo. 
Crecer sin renunciarse. 
Florecer, de nuevo... Aunque sea en invierno.

No estoy bien del todo, disimulo como puedo, 
porque soy una campeona, 
y los campeones se levantan siempre del suelo...