lunes, 19 de octubre de 2015

# Llegar a veces es volver.

¿Cómo le explicas a los autobuses que todos los trayectos deberían acabar en su boca?
Que su pelo es dulce y su pecho mi cama,
que extraño esos ojos
y las manos
y el aliento que se le escapaba.

Es la terrible forma que tiene la magia
de echarte en cara que después de tanto tiempo,
era cierta la quimera que sembró esa sonrisa.

¿Cómo se sobrevive a una horda de días después de un Sábado en el sueño cumplido?
Que la cama huela a espalda,
que cada rincón de este agujero
aún tenga su nombre clavado,
el singular tono de su voz.

Es tan magnífica esta anagnórisis,
esta dulce esquela de la espera...
La asfixia por el beso,
y el beso por el temblor.
Temblar bajo tus átomos,
filtrarte por mis heridas y curarme.

Hacía mucho que no hablábamos de la magia de tus dedos
tocando la guitarra que son mis caderas y que nunca tocabas
y que ahora has tocado y que ahora te esperan...
"Llevo tiempo sin escribir
porque desde hace días 
lo que hay
entre el papel y yo
me importa una mierda
si hablamos de
lo que separa su boca
de la mía"