# Dejarse llevar sonaba demasiado bien.

Conocía cada rincón de tu piel,
como conozco cada rincón de mi casa,
porque tú, eras mi hogar.
Podía traducir tu silencio y tu ausencia,
porque eras la sonrisa fugitiva
y el amor travieso
que se clavaba entre mis costillas.

Eras de todo, menos lo que quise que fuéramos.

Y es que antes de que otras leyeran tu cuerpo,
yo ya entendía tus sonrisas a escondidas y tus suspiros,
tus miradas que iban a parar al suelo,
y todas tus tormentas y tus pasiones,
y eso, era amor, pero del bueno.

Y es que, estuvimos a nada de serlo todo,
pero nos despedimos creyendo
que una despedida sin mirarnos
duraría para siempre,
y eso siempre es imposible,
el amor siempre sobrevive mucho más
de lo que dura.

Pero aunque parezca mentira,
si volviera a vivir desde cero,
y volviera a conocerte,
volvería a dejar que me rompieras,
si cabe, incluso más de lo que lo hiciste,
amor,
incluso más...

Porque por ti, me hubiera dejado romper,
me hubiera dejado caer,
e incluso me hubiera dejado llevar...

Pero sonaba todo demasiado bien.

# Nací mujer.

Nunca me gustó que a la princesa tuvieran que salvarla, ni que la chica se quedara quieta mientras el chico la defendía del secuestrador. No entiendo el papel de la niña débil, ni el de la mujer ingenua, y no lo siento, lo disfruto.

Pueden tacharme de muchas cosas, pero de tonta desde luego que no, nunca. Ni me pega ni lo soy.

Nací mujer, pero no inferior.

El respeto nace en uno mismo y se basa en serse fiel, si vosotros entendéis por respeto la contención sujeta a la opinión, lo siento por vosotros, yo no sé vivir sin alas.

# Salir a flote.

Hoy empiezo a airear los jerseys y a guardar los pantalones cortos hasta el proximo verano, se acerca el invierno definitivamente, y tengo ganas de volcer a sentirme rodeada, por ese frio, que te reprensenta...

Pero es que el verano es tan tierno, tan joven, los dias son tan bonitos y las noches tan cortas, pasa tan rápido... Como tú, como contigo, que pasa lo mismo, que fuiste volátil e innifugo, que llegaste, besaste, y desapareciste, a la misma velocidad que la de la luz.

Y ahora entiendo que tengo que guardarte en una cajita al final del armario, o lanzarte al fondo del mar...
Porque cuando vuelva el invierno yo volveré a ponerme mis jerseys, pero tú no volverás a quererme esta vez, y esta vez,me prometo, que yo intentaré no volver a quererte.

Porque no te lo mereces, tú no, por egoista, y por usarme de puente, y de tirita y de gasolinera, por quejatte de abandono y sumirme en el tuyo, por mentiroso y por cobarde. Porque nuestra última noche fue en la playa y vi una estrella fugaz y desde entonces ya no creo en ellas...

Ayer fue 13 de Agosto y las perseidas lloraron, y yo, como una idiota, fui a buscarte entre esa lluvia...
Pero je de confesar que he aprendido que me gusta el mar, que no le tengo miedo en absoluto a nadar sola, y que me merezco más que un flotador que se deshincha cada vez que siente que nos alejamos de la orilla, que tiene más miedo a hundirse que la que se ahoga.

He vivido en un mar de dudas y otros de de ilusiones, crucé la laguna Estigia para rescatar nuestras manos entrelazadas, pero nada fue suficiente...

He vivido en mares de saliva entre tu boca y mi boca y te prometo, que sonreía y era feliz, pero después de la no despedida, me he tragado toda la sal necesaria para toser y quemarme la lengua y darme cuenta de que tengo ganas de reirme de madrugada, de bailar toda la vida, de subirme a una noria y que me posea todo el vértigo del mundo a la vez, -y esta vez sin mirarte a los labios-, que puedo hundir mis complejos y los días esperando una explicación y tu regreso, porque antes, a tu lado, aspiraba al sol pero no me daba cuenta de que demasiado sol terminaría por quemarme, y ahora sé que los viajes, los amigos, las risas, las noches ungidas en musica y fotos y valen mas la pena que tú...

Los pantalones cortos, y camisetas blancas enseñando los hombros de este verano sin ti me han enseñado a darme cuenta que quien me ha perdido eres tú.

He cogido tu nombre y te he enterrado en el fondo del mar, dentro del cofre de Davy Jones, junto a las cartas que no llegaste a leer, junto a la rosa qur me regalaste, yo seré el corazón roto de caribdis, pero atravesaré los mares libre de tus anclas... Ojalá todo fuera tan facil como debajo del agua.

He hecho naufragar todas mis ganas de ti porque no te las mereces.
Ni un poquito.

Y ahora salgo del agua, cojo aire, me olvido de ti aquí, estás ahogado, estás hundido... He salido a flote sin tus manos.

# Obsesos.

Nos pasamos la vida intentando que el corazón pierda la memoria, cuando en mente sólo nos ronda ese "te besaría tantas veces como veces he respirado en mi vida" una, otra y otra vez.

Al fin y al cabo, siempre nos aferramos a la idea de que nadie más podría entender la belleza de este desastre, y terminamos como siempre, obsesionados, o enamorados, a veces se parece tanto...

Porque el amor es eterno hasta que se termina, pero a veces, 

a los locos, 

a los que no sabemos dibujar puntos finales, 

terminarnos la copa, 

ni cerrar puertas, nos pasa que no nos volvemos a enamorar, 

solo cambia el nombre de nuestra obsesión.

# Seré tu nada, serás eterno.

Ven, vuelve, baja, sube, mátame ya.

Estoy huyendo de la rotonda infinita de tu nombre, de la ciudad fantasma que promete entre árboles de cemento.
Yo fui a donde nadie llega y cuando llegué tú me viste suplicar, ''mátame, mátame ya''.

Párteme los huesos, atraviesa mis nervios, se el agujero negro que no me deje respirar.

Pero ven, vete, vuelve,
llega hasta mi,
bienvenido a ninguna parte.

# Pájaros.

Si volar a ras de suelo implica quedarme a tu lado
y todo lo que conllevas,
me vuelvo pájaro.

Si quieres espacio, soledad, olvido,
emigro.

Si pretendes volar lejos y no quieres compañía,
me congelo, estatua, y te espero,
porque yo te quiero así,
pájaro, pícaro,
y bueno.

Si no quieres verme desaparezco,
si me necesitas resucito.
Si tú, yo.
Si no, también.

Si por el contrario necesitas hogar y calor,
me arranco las alas y me convierto en nido.