viernes, 6 de junio de 2014

# Te quiero.


Haz de todas las esquinas del mundo París. 
Quiéreme como si no estuviera rota; atrévete a darme dentelladas en la espalda...
Que necesito tu nombre en mis gemidos, tu sonrisa por las noches, 
y romper a reír con la música de fondo del coche.


Te prometo que le doy la vuelta al mundo entre tus manos en 8 segundos si me dejas.

Quiéreme.
Quiéreme como si fuera a funcionar toda la vida,
como si las arrugas y los kilos de más no molestaran,
como si lo más bonito que has visto nunca fuera el cielo de tu espejo.

Por favor, quiéreme,

pero sobretodo, quiérete.
Y si es posible, quiérenos.
Me encanta el verbo querer, y me encanta quererte.

Y lo mejor de todo es que te quiero y te quiero querer.
He renunciado a lo que deseaba por lo que merezco,
y si eso no es esfuerzo, que venga cualquier Dios que no seas tú a decirme qué es.
Y lo mejor es que te quiero.

Dime ahora qué hago con todas las obsesiones anteriores que no llevaron tu nombre.
Dime qué demonios hago con todos los besos que no me has dado,
con los abrazos, con los polvos, con los viajes, con los libros, con mi vida.
Dime qué demonios hago ahora con mi vida si te quiero y estás lejos.

Quiéreme.
Quiérete.
Quiérenos.

Que no te prometo nada,
porque no puedo,
porque no sé,
porque no debo,
pero quiérenos,
porque podemos,
porque sabemos,
porque debemos,
y porque sí, joder,
querámonos.

He destrozado todas las estructuras, 
la métrica, la técnica, la rima y el ritmo,
 la temática, la musicalidad, los versos, y el poema.
Estoy haciendo lo que me da la gana con lo que escribo,
y es por tu culpa,
y lo mejor...
Es que te quiero.

Hazme un esquema de deseos y te los cumplo todos en sesenta y nueve parpadeos, mi vida.
Si me dejas,
en sesenta y nueve parpadeos.

O en trescientos sesenta y seis besos.
Uno por cada día que te quiero.
Y vuelta a empezar.
Te los cumplo en cuarenta y dos abrazos,
novecientas caricias,
cien mil mordiscos,
treinta y seis hundimientos al mes,
a veintitrés miradas por hora.

Dímelos todos, que te los cumplo con cuanto pueda, mi vida,
en infinitos gemidos, en todos los modos,
contigo lejos o sin ti cerca.
Dímelos y me desvivo por vivirte.
Dímelos y te los cumplo como sea.

Y lo mejor,
es que te quiero.