lunes, 16 de septiembre de 2013

# Azulado.

Dime a quién besas y te diré en qué campo de flores has caído. Yo me deshojo la boca y me ahogo en las margaritas que siempre dicen que sí, cuando tus ojos dicen no, cuento los pétalos muertos que hay de tu casa a la mía, de tu boca a la mía, de ti hasta mi, y la respuesta siempre es no, y a veces sí.
Cuando me diste la mano por primera vez, creo que debí sentirme como cuando Colón descubrió América, y tú estabas tan tú cuando hacías el indio... Aunque nunca se me resistiesen tus vaqueros, claro...

Te vi de lejos como quien mira a las nubes, y desde ese momento, supe que algún día tú.

Y hoy, después de todas esas cosas que ya no valen la pena enumerar, sé que azulado el mar, a su lado el cielo, y qué le voy a hacer.